Lunes, 25 de julio de 2011 / 07:56
Jean Meyer
Fukushima I, con sus centrales nucleares en peligro, vino a reforzar el miedo latente que había dejado la catástrofe de Chernobyl, 25 años antes y, desde aquel fatal agosto de 1945, las dos bombas atómicas lanzados por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki. No deberíamos eludir un serio debate de fondo sobre la energía nuclear. Se entiende perfectamente el pavor que despierta una fuente de energía tan poderosa, cuya primera utilización ha sido para matar en un instante a multitudes de civiles, para hacer sufrir el resto de su vida a muchos niños, mujeres, hombres. Nació bajo funestos agüeros, no cabe duda.
Nuestros antepasados sufrieron varios temores colectivos, diferentes en cada época; un tiempo pensaron que a la hora del trueno el cielo les iba a caer encima, en varias ocasiones se esperó con gran miedo el fin del mundo, el siglo XVI y el XVII veía el diablo por todos lados y quemaba cruelmente a las brujas. A la distancia, es fácil e injusto burlarse de ellos. Respeto el punto de vista, el temor frente a la energía nuclear e intento informarme de todo lo que está en favor y en contra de su uso.
Ahora bien, ciertas conductas no se justifican. Tan pronto como se supo que el tsunami había dañado la central nuclear japonesa, lo primero que se les ocurrió a todos los gobiernos y a las compañías fue sacar a sus ciudadanos y periodistas de Japón. A los periodistas los mandaron en seguida a Libia donde varios encontraron la muerte. En Japón no murió ni uno. En seguida la Unión Europea pidió “controlar la radiactividad de los alimentos importados de Japón” en lugar de preguntar si los cientos de miles de japoneses damnificados no necesitaban, en prioridad, una ayuda material y logística de primera urgencia. ¡Estaba nevando en aquella región! La gente quedó sin luz, calefacción, agua, comida, con más de 30 mil muertos y desaparecidos. Pero no. Frente a la tragedia se movilizaron en seguida en Francia, Alemania, Italia, etcétera… para pedir el cierre de las centrales nucleares.
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